17 sept 2009

La Canción De Un Instante Compartido

Expuesto
como una gaviota se expone
a la eternidad de las ventanas.

Aquí,
estoy acariciado por el día,
por el suave telón de "el creer".

Abro los brazos
y los vuelos quedan pasmados,
abro los ojos
y la tarde se transformó.

Y viene a mi,
calbalgante y sonriente,
con espadas y sombras enormes,
la conformidad.

Porque sé que me amas,
quizás,
no tanto
como se destrozan estas alas
en todos los cielos tuyos.

Te amo aferrándome
a las caracolas
que de tu orilla penden.

Te amo
colgando de tus zarcillos
para caerles ligeramente
a tus hombros.

Te amo
patéticamente,
con un teclado,
medio libro a medio escribir,
una casa de alquiler inmaculada,
una ostia antigua de dolor,
un dios invertebrado
anclado en el pecho.

Y te amo al fin,
con un contrato
que con costumbres de aguaceros
clausuró nuestras cerraduras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario