14 mar 2010

Datos cotidianos


Tienes el alma de carbón


y te chorreas

entre las sábanas,

temible brisa.



Tienes violenta la desnudez

y tienes

ademanes de mujer que ama.



El mundo de tu pantalón

es una factura sin cobro,

tu blusa una hipoteca

en único grado.



¡Ay amor!

tienes las alas con vuelos carbón

y las paredes te delatan,

y me manchas la mirada.



Por eso,

acudo a la profundidad

de un tinto

y a su filo.



Porque es titánico

tu regreso

y simple tu salida.



Porque descanso mis cielos

en la bruma del sillón

y hago malabares

con los hilillos

de mis pensamientos.



¡Ay mujer!

Tienes rostro

de mujer que muere…

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