Díselo en el oído a dios,
pero aún así,
búscame en la holgura
entre la taza del bendito café cotidiano
y tu maldita boca.
Búscame,
algo leve de exhalación,
Un poco lacio de existencia:
brizna casi anochecida,
Verso teñido de habitaciones solitarias.
pídeselo a dios,
que yo,
regresaré cuando pueda…
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