A Pedro, Zaida y sus hijos…
…los lejanos trozos de Cuba…
El trozo de carne,
Cuba, mi Cuba,
lo devoro remojado entre lágrimas
que sin alas se desprenden,
lo mastico junto con mi alma,
con el compás de mi madre
y mis hermanas,
y su milagro en la cocina.
Soy extraño,
mi Cuba,
el ron, aún,
sabe mejor en tu lomo de piedra
detenida y carcomida
por el tiempo.
Mas sé del recuerdo,
porque se ancla en mi dolor
halándome desde mi camisa de extranjero,
desde mis botones de hombre,
padre,
marido…
Y heme aquí,
hijo del mar
que revienta en tu nombre de mujer,
que revienta su pecho
contra la calidez anhelada del tuyo…
¿Y mi madre y su danza de papel?
¿Y mis hermanas
y sus hijos de cuento?
¿Y mis amigos
y sus nombres de remembranza?
-No lo sé-
No sé donde quedarán,
si al fin del día,
siempre termino recostando la cabeza
en un hermosa fracción tuya,
que lleva nombre de amanecer,
que lleva el nombre de:
Zaida…
muy chiva tu blog, muy directo con respecto a la cordectomía y el texto del lenguaje canino me gustó mucho...
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