Me gustaría salir a la calle,
y ver las madres-ambulancias
corriendo atardecidas,
con niños maniatados
y sus camisitas a medio aplanchar.
Como me gustaría
caminar por las avenidas,
y verlos a todos pidiendo migas de corazón,
sin respuesta alguna.
O tapar las ventanas,
y que dios se pierda por unos pocos minutos,
para que así, los amantes,
se quiten los tapices culpables
y se arranquen las ropas
y las viseras que les seca la garganta.
Entonces mirar al cielo
y abrir mi paraguas,
y Ponerme mi chaqueta
para que los ángeles terminen de caer
completamente quebrados
contra el olvido de la alcantarilla.
Y me gustaría verte corriendo,
con tu delgadísima sombra empapada,
tu estela en la cola de caballo
derramándose y pintando
todos los agujeros que en mis ojos no caben.
Y verme asesinando los días,
cuando tan sólo me siento a inventar muros,
pensando:
me gustaría salir a la calle,
y ver a las madres-ambulancias
corriendo atardecidas,
con niños maniatados
y sus camisitas a medio aplanchar…
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