Estamos de frente…
Permitámonos decir
Que nos perdimos
Entre muchos besos ajenos
Y no nos encontrábamos.
Que fue una sorpresa
El sabernos exhaustos.
Decir que aún probamos nuestro sabor
Que nuestras aceras
Se sienten solas
Con este “intentar olvidarnos”.
Éramos muy jóvenes…
Nada nos importaba,
La calle nos gritaba
Con su hálito de lluvia sempiterna,
Tú te cambiabas la ropa húmeda,
Mas no tu cuerpo,
Yo sencillamente, extraño en tu hogar,
Me quedaba en la sala
Con los zapatos empapados.
Era más fácil amarte entonces,
eras mi niña
con alas encerradas en los ojos
deseando
partir a cualquier lado
donde estuviésemos solos.
Yo deseaba partir contigo amor,
Deseaba el naufragio nuestro
En la cama,
-la que fuese-
Deseaba devorar tu dolor
Y que fuera mío también.
Ahora,
Presos de acostumbrarnos
Y no tenernos,
Brindamos una risa cómplice,
Una mirada, aún, amante,
Un incierto latir entre las manos frías…
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